Acuacultura

La huella hídrica en la producción acuícola

Desde hace varios años cada vez es más persistente la escasez hídrica. La UNESCO, a través de su Iniciativa Internacional sobre Calidad del Agua enmarcada en la agenda 2030, especifica los desafíos relacionados con la disponibilidad, el saneamiento y las cuestiones medioambientales y socioeconómicas del uso del agua. Así, todas las predicciones indican que, si no tomamos acciones pronto, la condición de escasez que observamos hoy va a empeorar.

Las causas de este fenómeno están relacionadas con la creciente urbanización y la inevitable demanda de agua asociada a ella. “El impacto que la humanidad ha hecho por acción, omisión o codicia, ha llevado a problemas graves de contaminación, que han obstaculizado el uso de los recursos hídricos de agua dulce. Incluso, la contaminación causada por la humanidad afecta a nuestra principal reserva de agua, el mar, ya que ha sido documentada la existencia de plásticos e incluso islas completas dentro de los océanos” afirma el Dr. Ismael Leonardo Vera Puerto, académico en el Departamento de Obras Civiles de la Universidad Católica del Maule, Chile.

Aunque la agricultura sea el sector que más recursos hídricos utiliza, la acuicultura debe apostar en la utilización de técnicas que optimicen el uso del agua y su tratamiento sanitario.

Los sistemas convencionales de producción acuícola se caracterizan principalmente por la necesidad de grandes cantidades de agua, aumento de la contaminación de los afluentes de descarga, y otros factores ambientales adversos. La búsqueda de nuevas posibilidades de producción que sean amigables con el ambiente, incluyentes socialmente y rentables son cada vez más indispensables.

En este escenario, la investigación científica aplicada es fundamental para encontrar soluciones apropiadas, para adaptarnos y así mitigar los efectos adversos de estos fenómenos en la economía y la sociedad. Como mencioné anteriormente, un sistema de cultivo acuícola demanda el uso de grandes cantidades de agua, pero con la tecnología biofloc (BFT) este tipo de obstáculos se reducen enormemente, disminuyendo la huella ecológica del sector. Considerando que la tasa de recambio de agua en un sistema tradicional puede ser desde el 15% hasta un 200% al día, en la tecnología biofloc esa tasa se puede reducir a mínimos recambios o hasta a 0%. En el marco de los paradigmas de sostenibilidad el desafío en concreto es producir más en menos volumen de agua y al menor costo ambiental posible, afirma Wilson Wasielesky (profesor investigador en la Fundación Universidad Federal de Rio Grande en Brasil), pionero en BFT en Latinoamérica.

¿Sabes cuántos litros de agua se requieren para producir un kilo de camarón?

En sistemas intensivos con recambio de agua se utilizan entre 20 y 64 m3 de agua para producir un kilo de camarón, mientras en BFT esa cifra baja drásticamente, siendo necesario apenas 98 -163 litros para cada kilo de camarón producido.

La BFT es una alternativa innovadora para la gestión del agua y desechos, también de retención de nutrientes que ofrece una solución para resolver los problemas ambientales de la acuicultura, minimizando la descarga de la materia orgánica en ríos, lagos, cenotes y estuarios. Por medio de la acción microbiana se alcanza a fijar los nutrientes que degradan la calidad del agua a través del balance del carbono y el nitrógeno en el sistema.

Adicionalmente del ahorro por mínimos recambios en el manejo, el reúso o reciclaje del agua en esta tecnología ya fue abordado por diferentes investigadores y productores al rededor del mundo. Cabe mencionar que los nutrientes, principalmente el nitrógeno, en sus diferentes presentaciones, amonio ionizado (NH4+), amonio no ionizado (NH3), nitrato (NO3- ), nitrito (NO2- ), óxido nitroso (N2O), óxido nítrico (NO), nitrógeno molecular (N2), nitrógeno orgánico disuelto (péptidos, purinas, aminas, aminoácidos) y como nitrógeno orgánico particulado, es un tema clave en esta tecnología.

De todas estas formas de nitrógeno, los nitratos y el amonio son los más importantes para los ecosistemas acuáticos, una vez que constituyen la fuente principal de N biodisponible para la generación de cadenas tróficas. Por otro lado, el amonio (NH3) y el nitrito (NO2) son tóxicos para los organismos cultivados y se convierten en un factor limitante para su crecimiento y sobrevivencia. Removerlo o transformarlo en nitrógeno no toxico sin la necesidad de recambio de agua es el gran desafío de la BFT. En la práctica la BFT consiste en el manejo de la comunidad microbiana, transformando los compuestos nitrogenados del agua, asunto que se consigue de diferentes maneras.

En resumen, desde el punto de vista de la reducción del consumo de agua y del volumen de agua residual a tratar, prevenir y reducir la contaminación son temas de carácter prioritario en el sector acuícola.  La BFT es una entre varias opciones a las que la Acuacultura podrá recurrir con el afán de proteger el agua para el desarrollo sostenible de las generaciones presentes y futuras.

Fuente: texto publicado por Adriana da Silva en la Revista Panorama Acuícola Magazine.

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